¿Quien es el rey de la selva?
“Abominación al SEÑOR es todo el que es altivo de corazón; ciertamente no quedará sin castigo”. Prov. 16:5 LBLA
Cuentan que una vez un león que era cruel y fanfarrón, se encontró con un mono en la selva. El león se echo encima del pobre mono y le dijo: “¿Quién es el rey de la selva?” el mono lleno de terror contestó: “eres tú poderoso león”. De manera que el león lo dejo ir. Luego el león se encontró con una cebra y le voló encima y le rugió: ““¿Quién es el rey de la selva?”, a lo que esta le contesto, eres tú poderoso león. Así que el león la dejo ir. Luego caminando más adelante se encontró con un elefante y le hizo la misma pregunta. El elefante agarro el león, le dio vueltas y lo tiro a unos 50 pies de distancia. Entonces el león se levanto bien rapidito y enfadado le dice al elefante: “pero porque no sepas la respuesta eso no es razón para ponerte tan violento”.
En ocasiones, preferimos buscar excusas para no dar a torcer el brazo y caemos en una conducta arrogante que Dios repugna. La voluntad de Dios es que en toda circunstancia podamos reconocer nuestra verdadera condición interna porque el promete en su Palabra que El da gracia al humilde. La altivez de corazón es la causa de una conducta necia (Prov. 21:24) que conduce a toda clase de mal. Dios aborrece la soberbia y la castigará (Prov. 3:34).
Que tengan buen día,
Sabino.
“Abominación al SEÑOR es todo el que es altivo de corazón; ciertamente no quedará sin castigo”. Prov. 16:5 LBLA
Cuentan que una vez un león que era cruel y fanfarrón, se encontró con un mono en la selva. El león se echo encima del pobre mono y le dijo: “¿Quién es el rey de la selva?” el mono lleno de terror contestó: “eres tú poderoso león”. De manera que el león lo dejo ir. Luego el león se encontró con una cebra y le voló encima y le rugió: ““¿Quién es el rey de la selva?”, a lo que esta le contesto, eres tú poderoso león. Así que el león la dejo ir. Luego caminando más adelante se encontró con un elefante y le hizo la misma pregunta. El elefante agarro el león, le dio vueltas y lo tiro a unos 50 pies de distancia. Entonces el león se levanto bien rapidito y enfadado le dice al elefante: “pero porque no sepas la respuesta eso no es razón para ponerte tan violento”.
En ocasiones, preferimos buscar excusas para no dar a torcer el brazo y caemos en una conducta arrogante que Dios repugna. La voluntad de Dios es que en toda circunstancia podamos reconocer nuestra verdadera condición interna porque el promete en su Palabra que El da gracia al humilde. La altivez de corazón es la causa de una conducta necia (Prov. 21:24) que conduce a toda clase de mal. Dios aborrece la soberbia y la castigará (Prov. 3:34).
Que tengan buen día,
Sabino.
Ja ja ja ja
ResponderEliminarEse chiste se lo hare a Luis Felipe y a Jose Arturo, se que lo van a disfrutar...
Te sigo!
Saludos y bendiciones!
Nota:
Como pastor que eres, te comparto este material, esta buenisimo!
http://www.cimientoestable.org/files/La_Supremacia_de_Dios_en_la_Predicaci_n.pdf
Muchas gracias hermana, ya lo baje a mi PC y lo estare leyendo.
ResponderEliminarSaludos,
Sabino.